Queridos padres de familia:
El día de ayer, luego de llegar y ser bien recibidos, todos estuvimos cansados con el viaje, así que aquí les envío los detalles del viaje:
Luego de los inconvenientes al salir de Cuenca, llegamos a Guayaquil y tuvimos problemas con el hotel, pues habían reservado habitaciones de dos camas para tres personas, o así lo habían interpretado; pero gracias a la rápida acción del personal y de nuestros colegas en Cuenca, esto fue resuelto enseguida por la gente del hotel. La tarde pasó tranquila en las habitaciones del hotel y tuvimos la cena a las siete de la noche sin novedades. Después de la cena se les dio las últimas indicaciones para poder tener un viaje tranquilo y luego fuimos a dormir (no todos, pues algunos chicos emocionados tanto por el viaje, la fórmula uno y el compartir tiempo con sus amigos durmieron muy poco, sin molestar en los corredores ni dentro de las habitaciones del hotel) A las ocho y media los profesores ordenamos los documentos y los juntamos para tener listo para el chequeo al día siguiente. Habíamos ya conversado con el transporte del hotel y lo hicimos en tres grupos, pues la capacidad del bus no daba para más.
Nuestra actividad al día siguiente empezó a las tres de la mañana, y muchos de los chicos ya estaban listos, y otros alistándose. Nos embarcamos en la buseta y llegamos sin novedad a ser los primeros en la lista de chequeo en el counter de KLM a las 4h45. Lamentablemente KLM no estaba atendiendo en ese momento. Luego de pasar el chequeo, pagamos la tasa aeroportuaria, que lamentablemente lo tuvimos que hacer luego de tener todos los pasajes, por lo que el tiempo comenzó a presionarnos un poco. Con el último estudiante pudimos pagarlo y pasamos a migración, donde uno a uno fueron pasando los chicos. Al momento de llegar uno de los chicos de doble nacionalidad, Calros Matovelle tuvo un pequeño inconveniente con un oficial de migración, ya que declaró tener doble nacionalidad y no teníamos el pasaporte ecuatoriano, por lo que el policía indicó que necesitaba este documento para poder salir del país. Rápidamente actuamos indicando que cómo nos podía ayudar, y el fue a consultar con sus superiores, que al llegar indicó que nos permitía salir, pero que al regreso debíamos decir que su pasaporte se había perdido en Alemania. Solucionado esto, nos embarcamos y llegamos a Quito. Bajamos del avión en Bonn aire sin problema, y luego estuvimos en el vuelo por 8 horas desde Bonn aire hacia Ámsterdam. Los aviones de KLM estuvieron increíbles. Los chicos tenían pantallas individuales y una lista grande de películas que podían escoger, así como juegos, programas de televisión y demás entretenimiento como para que ellos no se levanten de sus asientos, idea en la cual nos equivocamos, pues no duraron dos horas sentados que poco a poco empezaron a caminar por los corredores del avión, incomodando de vez en cuando el paso de las azafatas y aeromozos. Les indicamos de esta situación y que teníamos otros pasajeros que estaban viajando, y se calmaron un poco, pero este baile de ir y venir continuó menos intenso durante el resto del viaje.
Llegamos en Ámsterdam y nos enrumbamos a la puerta de salida. Los chicos caminaron en un solo grupo hasta migración, donde nos permitieron el ingreso a Europa, luego de indicarnos que no podíamos ingresar ningún tipo de líquido en botella, así que caí en cuenta que la mitad de los chicos habían estado yendo y viniendo por los corredores del avión por que habían estado en cacería de colas en lata y demás bebidas, que lamentablemente fueron requisadas. Un esfuerzo en vano para los chicos, y una anécdota que contar.
En el avión, el cansancio hizo víctimas a muchos de los muchachos, lo que provocó una colección de fotos de muchos de ellos dormidos en el avión. Llegamos y enseguida nos estaban esperando con un bus en el aeropuerto, y nos fuimos a Heilbronn enseguida. En el colegio habían preparado un recibimiento con bocadillos y bebidas, y enseguida empezó una serie de preguntas de parte y parte para encontrar a las familias. Luego los chicos alemanes llevaron a sus hermanos ecuatorianos a mostrarles el colegio y dónde tendrían clases al día siguiente.
Esta fue nuestra primera jornada, y aquí les juntamos algunas fotos para que disfruten y compartan nuestra estadía acá en Alemania.
Saludos,
José Fernando y Bárbara.
